En la oscuridad de la habitación miras tu reloj, los pequeños haces de luz que entran a través de las persianas te permiten comprobar que son mas de las doce de la noche, pero no consigues conciliar el sueño. Un profundo silencio como jamas habías imaginado lo domina todo. Cansada/o ya, decides vestirte, calzarte las botas, abrocharte el abrigo y enroscarte el gorro, vas a salir a dar una vuelta, piensas que quizás ayude a encontrar el sueño perdido. Será solo un paseo alrededor de la pequeña caseta donde estás desde hace meses. Los mismos que hace que no disfrutas de una noche sin el sol. Cruzas la puerta y una inmensidad blanca y brillante de hielo te rodea por todas partes y hace que te pongas las gafas oscuras. Comienzas el paseo inmerso/a en ese sacro silencio que se halla por todas partes. A veces, el silencio se rompe con el crujir del hielo bajo tus pies y tras eso vuelve el silencio.
Continuas caminando en tu búsqueda cuando unos extraños cantos interrumpen de nuevo al silencio que te acompañaba, conoces esos sonidos pero siempre te sorprenden. Son sonidos que no parecen proceder de nada orgánico y mas aun a través de la capa de hielo de no mas de 3 metros de espesor sobre la que caminas. Te agachas y acercas tu oreja al frío hielo para escucharlo mejor. Definitivamente, piensas, quizás se trata de sonidos de otro mundo, y como en un sueño me hallo en el, un sueño donde jamas se pone el sol y en el que caminas sobre un mar, un gigantesco mar helado llamado el mar de Ross que se encuentra en la Antártida, cerca del polo sur. Donde nada hay mas al sur, solo hielo y el fin del mundo.
Encounters at the end of the world es la ultima película de Werner Herzog que he podido ver en nuestros cines. Rodada en la Antártida entre el pequeño asentamiento de McMurdoc en una isla en el mar de Ross y en diferentes pequeños laboratorios en otros tantos emplazamientos de investigación científica. Pero no esperéis otra película sobre pingüinos al estilo de los documentales de la 2 en la hora de la siesta, de eso ya nos avisa el propio autor al comienzo. En este especial lugar, que fue el simbolo de lo desconocido y de la aventura a principios del siglo pasado el director alemán y su cámara conversan con biólogos, vulcanólogos, geólogos, filósofos e incluso filólogos. Viajeros, la mayoría de ellos rigurosos científicos y todos consumados soñadores.
El ser humano intentando comprender y controlar entre la curiosidad, el terror y la admiración a una naturaleza que siempre le supera, pura obsesión made in Herzog, en un encuentro en los lugares comunes entre la búsqueda científica y la metafísica, entre el fin como meta u objetivo y como epilogo de una historia. La historia de nuestra propia existencia, la de nuestra naturaleza humana en alguno de los mundos en las que habita. La película que mas me ha impresionado en este año 2008 que parece por fin se termina. Absolutamente brillante os dejo aquí los primeros minutos.
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